Este es un buen ejemplo de porque existe la frase "lo barato sale caro" y lo peor es que a veces no es porque el primer tatuaje sea precisamente barato, sino porque hay que hacerlo dos veces. Aquí el cliente estaba descontento con su tattoo (normal) y lo apañé sin necesidad de hacer ninguna sesión de láser, aunque en la mayoría de casos es imprescindible...
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